El óvalo es una curva plana de enlace tangencial, cerrada, conformada por 4 arcos de circunferencia, simétricos dos a dos. El óvalo clásico -óvalo tondo, muy utilizado como formato de pinturas en el Renacimiento- tiene distribuidos los centros del diámetro mayor a distancia el radio, por lo que su trazado se inicia con la división del diámetro mayor en 3 partes iguales (aplicando Teorema de Tales), siendo los puntos Q1 y Q2 los primeros centros de circunferencia y el R= distancia Q1-Q2. Una vez dibujadas estas, la intersección (pues son secantes) determina los otros dos centros de circunferencia Q3 y Q4. Las 4 líneas de centros se trazan uniendo estos centros con los de posición Q1 y Q2. Después se trazan los arcos con cada centro, para encontrarse en los puntos T de las líneas de centro.
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